-
Mezcla en un bol el agua, la levadura y el azúcar hasta que la levadura se disuelva completamente.
-
Añade 350–400 g de harina y 1 cucharadita de sal. Mezcla hasta obtener una masa homogénea.
-
Deja fermentar la masa en un lugar cálido durante 1 hora.
2. Liberar gases
-
Tras la fermentación, mezcla suavemente la masa para liberar los gases acumulados.
3. Preparar la masa principal
-
En un bol limpio, añade la leche, 450 g de harina, 100 g de mantequilla y toda la masa inicial.
-
Amasa durante unos 5 minutos (a mano o con amasadora) hasta obtener una masa uniforme.
-
Incorpora las 2 cucharadas de aceite y mezcla suavemente.
-
Deja reposar 10 minutos; la masa se volverá elástica, suave y manejable.
4. Dar forma a los panecillos
-
Transfiere la masa a la superficie de trabajo. Debe ser elástica y no romperse al estirarla.
-
Extiende la masa en un rectángulo y dobla los bordes hacia dentro.
-
Corta en tiras de aproximadamente 4 dedos de ancho, y luego corta cada tira a la mitad.