1. Precalienta el horno
Calienta el horno a 190 °C (375 °F). Engrasa una fuente para hornear de unos 23 x 33 cm o una cazuela mediana con mantequilla o spray antiadherente.
2. Prepara la salsa cremosa de queso
En una cacerola mediana, derrite la mantequilla a fuego medio. Añade la cebolla y el ajo y sofríe por 2-3 minutos, hasta que estén suaves y fragantes. Incorpora la harina y mezcla constantemente durante 1 minuto para formar un roux (base espesa que dará cuerpo a la salsa).
3. Agrega los lácteos y el queso
Vierte poco a poco la leche y la crema, sin dejar de remover con un batidor de mano para evitar grumos. Cocina hasta que la mezcla espese ligeramente.
Añade el queso cheddar y el parmesano, y revuelve hasta que se derritan completamente.
Condimenta con sal, pimienta y tomillo (si lo usas). Debes obtener una salsa aterciopelada, densa y fragante.
4. Arma las capas
Coloca una capa de rodajas de papa en el fondo de la fuente.
Distribuye la mitad del jamón cocido encima y vierte una parte de la salsa de queso.
Repite el proceso con las papas, el jamón restante y el resto de la salsa, asegurándote de cubrir bien la superficie para que se gratine de manera uniforme.
5. Hornea hasta que esté dorado y burbujeante
Cubre con papel aluminio y hornea durante 40 minutos.
Luego, retira el papel y continúa horneando entre 20 y 25 minutos más, o hasta que las papas estén tiernas y la superficie esté dorada y ligeramente crujiente.
6. Deja reposar y decora
Saca del horno y deja reposar por 10 minutos antes de servir; esto permite que las capas se asienten y la salsa se espese un poco más.
Decora con perejil fresco picado para un toque de color y frescura.
