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Sí a los chequeos médicos regulares.
Controlar la presión arterial, el colesterol y la glucosa puede prevenir complicaciones graves. -
Sí a una alimentación equilibrada.
Incluye frutas, verduras, pescado y alimentos ricos en omega 3. Reduce las grasas saturadas y el exceso de sal. -
Sí a la hidratación.
En invierno solemos beber menos agua, pero la sangre se vuelve más espesa si no nos hidratamos adecuadamente. -
Sí al descanso suficiente.
Dormir bien ayuda a regular la presión arterial y el equilibrio hormonal. -
Sí a la actividad física moderada.
El ejercicio mejora la circulación y fortalece el corazón. Una caminata diaria o ejercicios suaves en casa son suficientes. -
Sí al control del estrés.
El estrés prolongado puede alterar la presión arterial. Practica respiración profunda, meditación o actividades que te relajen. -
Sí a mantener el cuerpo abrigado.
Evita cambios bruscos de temperatura y mantén el hogar cálido, especialmente en las mañanas y noches.