- Si utilizas dulce de membrillo, córtalo en cubos pequeños y colócalo en un recipiente resistente al calor.
- Agrega 2-3 cucharadas de agua caliente para ablandarlo y facilitar su manipulación.
- Tritura el dulce de membrillo con un tenedor o procesador hasta obtener una pasta suave. Si prefieres usar dulce de batata, no necesitas ablandarlo, ya que suele tener una textura más suave.
Armado de la Pasta Frola
- Precalienta tu horno a 180°C y prepara un molde para tarta redondo de unos 24 cm de diámetro, enmantecándolo o forrándolo con papel de horno o manteca.
- Toma aproximadamente dos tercios de la masa y estírala con un rodillo sobre una superficie enharinada hasta obtener una lámina de unos 0.5 cm de grosor. Esta será la base de la Pasta Frola.
- Transfiere la masa estirada al molde y asegúrate de cubrir bien toda la base y los bordes. Puedes recortar el exceso de masa en los bordes si lo prefieres.
- Distribuye uniformemente el dulce de membrillo o dulce de batata sobre la base de la masa en el molde.
- Con el tercio restante de la masa, forma tiras finas para decorar la superficie de la Pasta Frola. Puedes hacer un enrejado o simplemente colocar tiras cruzadas para darle un aspecto más rústico.
- Con una clara de huevo ligeramente batida, pincela la superficie de la masa para obtener un brillo dorado después del horneado.
- Lleva la Pasta Frola al horno precalentado y hornea durante aproximadamente 25-30 minutos, o hasta que la masa esté dorada.
Una vez lista, retira la tarta del horno y déjala enfriar antes de desmoldarla con cuidado. Puedes espolvorear un poco de azúcar impalpable por encima, para darle un toque de dulzura extra antes de servir.