Me encanta servirlo ligeramente frío, con un café negro fuerte, por la mañana o después de comer. En verano, lo combino con fruta fresca, como frambuesas o arándanos, para un toque de frescura que equilibra el dulzor del pastel. En invierno, lo espolvoreo con un poco de cacao o un glaseado de chocolate sencillo y lo sirvo con un té de naranja.
Notas
Se conserva muy bien en el frigorífico en un recipiente tapado hasta 3 días, y antes de servirlo puedes dejarlo a temperatura ambiente para un sabor más intenso.
No recomiendo calentarlo en el microondas durante más de 10-15 segundos, ya que se seca fácilmente.
Conclusión: Esta receta artesanal, sin complicaciones ni utensilios sofisticados, siempre funciona porque resalta la sencillez de los ingredientes y combina la textura suave y jugosa con el sabor dulce de una manera incomparable.