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Precalienta el horno a 180 °C (350 °F) y engrasa un molde mediano o cúbrelo con papel vegetal.
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Ralla las manzanas y las zanahorias. No es necesario pelarlas si son orgánicas; la piel aporta más fibra y sabor.
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En un bol grande, bate los huevos junto con la miel (o endulzante elegido), el yogur, la esencia de vainilla y la pizca de sal hasta integrar bien.
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Agrega la avena, la canela y el polvo de hornear. Mezcla con una espátula o cuchara hasta obtener una masa homogénea.
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Incorpora la manzana y la zanahoria ralladas, mezclando suavemente para que se integren sin aplastar los ingredientes.
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Si deseas, añade las pasas, las nueces o el coco rallado para darle un toque más rico y nutritivo.
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Vierte la mezcla en el molde y nivela la superficie con una espátula.
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Hornea durante 35–45 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
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Deja enfriar completamente antes de desmoldar. Esto ayuda a que el pastel tome la textura ideal: húmeda, tierna y firme.
🍽️ Consejos y Variantes:
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Puedes usar avena molida si prefieres una textura más suave.
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Sustituye la miel por dátiles triturados para una versión sin azúcares añadidos.
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Añade una cobertura ligera de yogur y canela para servir como postre elegante.
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Guarda el pastel en un recipiente hermético; se conserva fresco durante 3–4 días.