Prepara la masa.
Precalienta el horno a 170 °C (calor superior e inferior). Engrasa bien con mantequilla un molde desmontable o redondo (26 cm de diámetro).
Casca los huevos en un tazón grande y añade el azúcar, la sal y el azúcar avainillado. Bate enérgicamente con una batidora de mano o un batidor de varillas durante 3-4 minutos hasta que la mezcla esté ligera y esponjosa.
Añade poco a poco la leche y el aceite y continúa revolviendo hasta que la masa esté suave y homogénea.
Incorpora los ingredientes secos.
Mezcla la harina y la levadura química en un bol aparte y ciérnelos bien. Incorpora suavemente la mitad de la harina a la mezcla de huevo y azúcar hasta que se integren. Luego, incorpora el resto con movimientos envolventes; no mezcles demasiado para que la masa quede ligera y esponjosa.
Incorpora las fresas.
Lava las fresas, quítales el tallo y córtalas por la mitad o en cuartos, según su tamaño. Incorpora con cuidado la mitad de las fresas a la masa. Reserva el resto de las fresas.
Prepare la cobertura de crema:
en un tazón mediano, bata el huevo con el yogur o la crema agria, el azúcar en polvo, la vainilla y la maicena hasta que quede suave.
Armado y horneado:
Vierta la masa en el molde preparado y extiéndala uniformemente. Coloque las rodajas de fresa restantes de forma decorativa encima. Vierta con cuidado la crema por encima; se extenderá uniformemente durante el horneado.
Hornee en el horno precalentado durante unos 40-50 minutos, hasta que la superficie esté dorada y al insertar un palillo de madera éste salga ligeramente húmedo.
Deje enfriar el pastel en el molde durante 10 minutos, luego desmolde con cuidado y déjelo enfriar completamente sobre una rejilla. Espolvoree con azúcar glas, si lo desea, y sirva.
¡Buen provecho! 🍓🇮🇹