Prepare las láminas. En una cacerola o cazo antiadherente, derrita la miel, la mantequilla y el azúcar. Cocine a fuego alto hasta que el azúcar se disuelva por completo y comience a caramelizarse. La miel no es tóxica y se utiliza como edulcorante natural en pasteles, bebidas, marinadas para carnes y otras exquisiteces culinarias de todo el mundo. Recalentarla solo pierde sus propiedades curativas. No se vuelve tóxica. Una vez que comience a caramelizarse, retira la sartén del fuego y déjala enfriar. Transfiere la mezcla a un tazón alto, luego agrega el azúcar de vainilla, la ralladura de 1/2 limón o naranja (usa limones y naranjas sin pelar que se encuentran en la sección de productos orgánicos de los supermercados), dos huevos enteros y mezcla durante unos 2-3 minutos a alta velocidad. Agrega la harina tamizada mezclada con el bicarbonato de sodio, 2-3 cucharadas de leche fría y mezcla bien hasta que la masa se vuelva pegajosa y suave. Agrega la leche hasta que la masa se vuelva elástica y maleable. Cubre el tazón y refrigera durante unos 10 minutos. Después de 10 minutos, retira la masa y divídela en 6 bolas iguales. Enharina ligeramente tu superficie de trabajo y, con un rodillo, extiende las láminas de hojaldre lo más fino posible. Forra un molde para hornear de 35 x 30 cm con papel pergamino y coloca con cuidado el molde dentro del molde. Enharina ligeramente tu superficie de trabajo y, con un rodillo, extiende las láminas de hojaldre lo más fino posible. Forre un molde de 35 x 30 cm con papel vegetal y colóquelo con cuidado sobre él. Enharine ligeramente la superficie de trabajo y, con un rodillo, extienda las láminas de hojaldre lo más finas posible.
Pinche la masa por todas partes con un tenedor para evitar que se formen burbujas durante el horneado. Precaliente el horno a 200 °C (400 °F) y hornee el molde durante unos 7-8 minutos, dependiendo del horno. Cada lámina de hojaldre está cocida; si tiene dos moldes, puede hornear dos láminas a la vez. Una vez cocidas, se apilan hasta que la crema esté lista.