Para un sabor exótico y una versión sin lácteos, puedes usar leche de almendras o de coco.
Añade un poco de canela o cardamomo para un toque cálido extra.
Puedes sustituir el azúcar por miel o sirope de arce, ajustando la cantidad al gusto.
Para una cobertura crujiente, espolvorea con almendras laminadas o nueces picadas antes de hornear.
Si prefieres una textura más suave, añade una cucharada de crema agria o yogur natural a la mezcla.
Cómo me gusta servir esta receta
El pastel de sémola está perfecto tibio, con una generosa porción de salsa de dátiles o una cucharada de nata montada fresca para el invierno. En verano, cúbrelo con fruta fresca, como fresas o arándanos, que contrastan con el dulzor y aportan frescura. Con el café de la mañana o como postre después de una cena relajante, este pastel te transportará a la calidez y el aroma de la infancia.
Notas
Se conserva bien en el refrigerador hasta por 3 días, cubierto con papel film.
Se puede calentar suavemente en el microondas durante unos segundos; recupera su textura suave y reconfortante.
Conclusión: Este pastel de sémola se deshace en la boca porque la receta combina sencillez con atención al detalle, y cada ingrediente tiene su función bien definida. Es un dulce placer que puedes preparar en casa en cualquier momento y que nunca falla.