Tapa el molde con papel de aluminio para evitar que se reseque. Coloca el molde en la bandeja con agua caliente dentro del horno. Hornea durante 1 hora a 1 hora y 15 minutos a 180-190°C. Comprueba la cocción pinchando con un palillo; debe salir limpio. Retira del horno y deja enfriar a temperatura ambiente. Luego, refrigera durante al menos 3 horas.
Pasa un cuchillo por los bordes del molde para despegarlo. Coloca un plato grande sobre el molde y voltéalo con cuidado. Corta en porciones y disfruta de este mágico postre.