Precalienta el horno a 180 °C (350 °F). Engrasa un molde con un poquito de aceite de coco o coloca papel encerado para que sea más fácil desmoldar.
Prepara los ingredientes secos: en un bol grande, mezcla la avena, la manzana rallada y la zanahoria rallada. Esto hará que los sabores se integren desde el principio.
Bate los huevos: en otro recipiente, bate los 3 huevos hasta que espumen un poco. Añade el aceite de coco derretido (pero no caliente) y la miel o sirope de agave. Mezcla bien hasta que quede una crema uniforme.
Une las mezclas: vierte la preparación líquida sobre la mezcla de avena, manzana y zanahoria. Agrega la canela, el polvo de hornear y la pizca de sal. Revuelve con una espátula o cuchara de madera hasta integrar todo. ✨ Consejo casero: no mezcles de más, solo lo justo para que todos los ingredientes se unan. Así el pastel quedará más esponjoso.
Hornea con calma: vierte la mezcla en el molde engrasado y alisa la superficie. Lleva al horno durante 30 a 35 minutos, o hasta que al insertar un palillo, salga limpio.
Deja enfriar un poco: espera 10 minutos antes de desmoldar para que no se rompa. Luego, si quieres, espolvorea nueces picadas por encima.
Y listo, tendrás un pastel lleno de aromas y colores que conquistará a todos.
Consejos para servir y conservar
Cómo servirlo: lo puedes disfrutar tibio con un café o un té de hierbas. También frío con un poco de yogur natural o una cucharada de crema de cacahuate encima.
Decoración sencilla: un poco de azúcar glas, rodajas de manzana caramelizada o semillas de calabaza le dan un toque especial.
Conservación: guárdalo en un recipiente hermético a temperatura ambiente hasta 2 días, o en el refrigerador hasta 5 días. Si quieres disfrutarlo más tiempo, congélalo en porciones y solo caliéntalo cuando lo necesites.
Notas útiles y variaciones
Este pastel es muy versátil. Aquí te dejo algunas ideas para que lo adaptes según tus gustos o necesidades: