Pollo con Espinacas y Tomate en Salsa Cremosa de Parmesano

1. Preparar el pollo

  • Retira las pechugas de pollo del refrigerador unos 15 minutos antes de cocinarlas, para que no estén demasiado frías al entrar en la sartén.

  • Sazona ambos lados con sal, pimienta y ½ cucharadita de orégano. Si las pechugas son muy gruesas, córtalas horizontalmente o aplánalas con un mazo para que se cocinen de manera uniforme.


2. Dorar el pollo

  • En una sartén grande y profunda, derrite 2 cucharadas de mantequilla junto con un chorrito del aceite de los tomates secos.

  • Coloca las pechugas y dóralas a fuego medio-alto durante 4 minutos por cada lado, hasta que estén bien doradas por fuera y jugosas por dentro.

  • Retíralas de la sartén y colócalas en un plato aparte.


3. Elaborar la salsa cremosa

  • En la misma sartén, derrite la cucharada restante de mantequilla.

  • Añade la cebolla picada y sofríe durante 2–3 minutos, hasta que esté transparente.

  • Agrega el ajo, el resto del orégano y los tomates secos picados. Sofríe 1–2 minutos más, moviendo constantemente para que no se queme el ajo.

  • Vierte poco a poco el caldo de pollo y la leche de soja (o la crema), removiendo bien para integrar.

  • Incorpora el queso parmesano rallado y mezcla hasta que se derrita y la salsa adquiera una textura cremosa.

  • Cocina a fuego lento 2–3 minutos hasta que espese ligeramente. Ajusta con sal y pimienta.


4. Añadir las espinacas

  • Agrega la espinaca fresca directamente a la salsa.

  • Remueve hasta que se marchite (esto tomará apenas 1–2 minutos).


5. Unir el pollo con la salsa

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