Echamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una bandeja apta para el horno y colocamos el pollo. Salpimentamos al gusto, echamos un chorrito de aceite y masajeamos. Hacemos lo mismo por el otro lado. Colocamos 3 patatas troceadas, una cebolla cortada y salpimentamos también. Otro chorrito de aceite de oliva y vertemos un chorro de coñac. Ponemos una ramitas de romero fresco y al horno que tenemos precalentado a 190 ºC, calor arriba-abajo. Horneamos durante 1 hora y cuarto. A media cocción echamos un poco de caldo de pollo para evitar que se reseque.
Para cortarlo bien es mejor dejar que se enfríe. Echamos los jugos del asado en una sartén junto con 50 ml de coñac, 100 ml de caldo de pollo, una cucharada de miel y dejamos reducir a fuego medio hasta que espese a nuestro gusto. También podemos disolver una cucharadita de maicena en un poco de agua fría y echarla a la salsa, así espesará más rápidamente.
Cortamos el pollo, acompañamos con la guarnición y la salsa.
Nota: Para recalentar recomiendo precalentar el horno a 160 ºC calor arriba y abajo y poner tanto el pollo como la guarnición en una bandeja de horno con 2-3 cucharadas de su propia salsa, tapar con papel de aluminio, dejar en el horno 25 minutos, quitar el papel de aluminio y dejar 5 minutos más. La salsa simplemente la calentamos en un cazo al fuego hasta que rompa a hervir.
Podéis congelarlo si decidís prepararlo con mucha antelación o congelar lo que os haya sobrado. Yo lo hago con las sobras, las envaso al vacío, al congelador y luego disfruto de este platazo en cualquier ocasión.