Afortunadamente, hay medidas fáciles que pueden marcar una gran diferencia y ayudarte a recuperar noches tranquilas y reparadoras:
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Reduce la ingesta de líquidos después de las 8 p.m., prefiriendo bebidas no diuréticas como infusiones de manzanilla o agua tibia.
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Crea una rutina nocturna relajante: baja las luces, evita pantallas brillantes y dedica unos minutos a la lectura o la respiración profunda.
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Lleva un diario urinario durante algunos días para identificar los momentos en los que tu vejiga se muestra más activa.
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Fortalece el suelo pélvico con ejercicios de Kegel, altamente eficaces para recuperar el control sobre la vejiga, tanto en mujeres como en hombres.