No hay que olvidar que, en algunos casos, el acercamiento a la cara puede ser una solicitud de atención o comida. Si tu gato asocia la primera hora de la mañana con su desayuno, es posible que te despierte olfateando tu rostro o incluso dándote suaves toques con su pata.
Este comportamiento, aunque para muchos es una muestra de cariño, también puede ser una cuestión de jerarquía y territorio. En el mundo felino, dormir cerca del líder del grupo es un privilegio y una declaración de confianza. Por eso, si tu gato se acomoda junto a tu cabeza, es probable que te considere su compañero principal dentro de su “manada” doméstica.
En definitiva, que un gato se acerque a tu cara mientras duermes es un acto cargado de significado emocional y conductual. Es una mezcla de búsqueda de calor, seguridad, afecto y costumbre. Entenderlo no solo ayuda a fortalecer la relación con tu mascota, sino que también permite apreciar esos gestos que, aunque ocurren de madrugada, hablan mucho de la conexión entre humanos y felinos.