Por último, no se puede descartar el aprendizaje por refuerzo. Es muy común que los dueños reaccionen con sonrisas, caricias o premios cuando sus perros hacen este gesto encantador. Por lo tanto, es posible que algunos perros hayan aprendido que inclinar la cabeza provoca una respuesta positiva en los humanos, y simplemente lo repiten porque funciona como forma de obtener atención o afecto.
En resumen, el gesto de inclinar la cabeza es mucho más que un acto simpático. Es una mezcla de habilidades sensoriales, adaptación visual, comunicación emocional y aprendizaje social. Por eso, la próxima vez que tu perro lo haga, sabrás que no solo está siendo tierno: también está intentando entenderte, mirarte mejor y conectar contigo. Sin dudas, una prueba más del vínculo profundo que existe entre humanos y perros.