Tal vez lo escuchaste alguna vez: poner sal en el desagüe puede parecer una costumbre extraña, pero tiene una explicación muy práctica.
La sal, además de ser un ingrediente esencial en la cocina, es un excelente desinfectante natural y un aliado poderoso para mantener las cañerías limpias y libres de malos olores.
Un truco simple pero efectivo
Los desagües, especialmente los del baño y la cocina, tienden a acumular humedad, jabón, restos de cabello o alimentos.
Todo esto genera bacterias y olores desagradables, e incluso puede atraer insectos como cucarachas.
La buena noticia es que podés combatirlo con un método fácil, ecológico y económico: sal y agua caliente.