Cómo aplicarlo paso a paso
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Colocá dos cucharadas de sal común directamente en el desagüe.
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Herví agua (aproximadamente medio litro) y vertela lentamente sobre la sal.
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Si querés intensificar la limpieza, añadí un chorrito de vinagre blanco antes del agua caliente.
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Repetí este proceso una o dos veces por semana, especialmente si notás malos olores o drenaje lento.
Qué beneficios tiene
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Desinfecta naturalmente las tuberías: la sal elimina bacterias y residuos sin necesidad de productos químicos agresivos.
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Neutraliza los olores: al actuar sobre la materia orgánica acumulada, corta de raíz los malos olores del drenaje.
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Evita plagas: el ambiente húmedo y sucio atrae insectos; la sal y el vinagre los mantienen alejados.
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Es ecológico: no contamina ni daña las cañerías como muchos limpiadores industriales.
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Ayuda a prevenir obstrucciones: con el uso frecuente, mantiene los conductos despejados y en mejor estado.
Tips y consejos:
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No uses demasiada sal; dos cucharadas bastan. Si se usa en exceso, puede dejar residuos innecesarios.
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Este método funciona tanto en la ducha como en la pileta de la cocina o el lavamanos.
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Si querés potenciar la limpieza, podés agregar unas gotas de jugo de limón, que además deja un aroma fresco.
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En caso de cañerías muy tapadas, combiná este truco con una limpieza con bicarbonato y vinagre una vez al mes.
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Evitá usar agua hirviendo sobre superficies muy frías o de plástico, ya que podría dañarlas.
Con este sencillo truco, vas a mantener tus desagües limpios, sin olores y libres de bacterias, todo con ingredientes naturales y sin recurrir a productos químicos costosos o contaminantes.