Si disfrutas el café con leche, no tienes que eliminarlo por completo, pero sí puedes considerar algunas recomendaciones:
- Usar leche baja en grasa o deslactosada si tienes problemas digestivos.
- Reducir la cantidad de leche y optar por un “cortado” en lugar de un café con leche completo.
- Alternar entre café negro y café con leche para no perder todos los antioxidantes.
- Evitar añadir azúcar o edulcorantes artificiales en exceso.
- Probar diferentes bebidas vegetales para encontrar la que más te guste.
Conclusión
Echarle leche al café es una costumbre muy extendida, pero no siempre es la mejor opción si lo que se busca es aprovechar al máximo los beneficios del café. La leche puede dificultar la absorción de antioxidantes, provocar molestias digestivas en personas intolerantes y añadir calorías innecesarias. Aun así, no es dañino para todos y se puede seguir disfrutando con moderación. La clave está en escuchar a tu cuerpo, identificar cómo te sienta cada combinación y probar alternativas más saludables que te permitan seguir disfrutando de una de las bebidas más populares del mundo sin comprometer tu bienestar.