¿Por qué no es recomendable guardar objetos de alguien que ya falleció? Una reflexión profunda sobre el apego, la energía y el duelo

Cuando una persona fallece, los objetos que deja se convierten en anclas. Cada prenda, cada libro, cada fotografía parece hablarnos, recordarnos su voz, su olor, su risa. Pero ese mismo poder emocional puede volverse una carga. Guardar demasiadas pertenencias puede impedirnos avanzar en el duelo, mantenernos atrapados en un pasado que ya no existe y evitar que aceptemos la nueva realidad.

El problema no está en conservar un recuerdo, sino en convertir esos objetos en una extensión de la persona ausente. Cuando no podemos desprendernos de nada, estamos prolongando el dolor. El duelo necesita un cierre simbólico, y parte de ese cierre implica soltar, liberar espacio, dejar que la energía fluya.

2. Las energías que permanecen en los objetos
Desde una mirada espiritual, muchas culturas creen que los objetos guardan la energía de las personas que los usaron. Por eso, en algunos lugares, se acostumbra donar, quemar o limpiar energéticamente las pertenencias del fallecido. No se trata de superstición, sino de una forma de honrar su memoria sin retener su energía en el plano material.

En la práctica, esto tiene sentido. Todos hemos sentido cómo ciertos espacios o cosas cargadas de recuerdos nos transmiten tristeza, melancolía o incomodidad. Cuando se trata de alguien que falleció, esa carga puede intensificarse. Mantener demasiados de esos objetos puede alterar la armonía del hogar y del corazón.

3. La importancia del cierre simbólico
Cada duelo es distinto. Hay quienes necesitan tiempo antes de desprenderse de algo, y eso está bien. Pero llega un momento en que la acumulación deja de ser un consuelo y se convierte en una herida abierta. Aprender a soltar no es olvidar, sino transformar el dolor en gratitud.

Puedes quedarte con algo pequeño y significativo: una foto especial, una carta, una joya. Pero si sientes que las cosas te atrapan, si al mirar esos objetos sientes más tristeza que amor, es señal de que ha llegado el momento de liberarte. Al hacerlo, no estás traicionando la memoria de esa persona; al contrario, estás permitiendo que su recuerdo viva en ti de una manera más ligera y pura.

4. Lo que el desapego enseña sobre el amor verdadero

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