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No hidratar bien la gelatina → textura líquida.
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Batir demasiado la nata → se corta.
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No tamizar el cacao → quedan grumos.
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Saltarse el tiempo de reposo → el postre se desarma.
🌟 Conclusión
El postre frío de chocolate y vainilla sin horno es práctico, versátil y siempre triunfa. Con su base crujiente y sus capas suaves, conquista a todos los paladares. Una receta clásica que nunca pasa de moda y que puedes personalizar a tu gusto.