Parece trivial, lo sé, pero a veces se nos olvida. Sécalos, corta los extremos y córtalos.
Córtalos a lo largo en rodajas de aproximadamente medio centímetro de grosor. Ni muy finas ni muy gruesas, porque se romperán o no se cocinarán bien.
Reboza cada rodaja en sémola y retira el exceso. Esto ayuda a que el huevo se adhiera bien después. Si no tienes sémola, también sirve harina común.
En un bol, mezcla el pan rallado, el queso rallado, la menta picada (si la usas) y una pizca de sal. Remueve bien con una cuchara para que todo quede bien distribuido.
En otro bol, bate los huevos enérgicamente con un tenedor. Deben quedar bien líquidos.
Ahora viene la parte divertida: rellena las rodajas de calabacín.
Sobre una rodaja, coloca un poco de mozzarella (o scamorza) y media loncha de jamón cocido. Luego, cubre con otra loncha, como si fuera un sándwich. Y así sucesivamente.
Ahora, toma cada chuleta rellena y rebózala primero en el huevo y luego en la mezcla de pan rallado y queso. Presiona firmemente con las manos para que el empanado se adhiera bien. ¡Incluso en los bordes, por supuesto!
En este punto, puedes elegir entre 3 métodos de cocción:
1. Horneado
Este es el método más práctico y práctico, pero requiere un poco de habilidad para evitar que queden blandas.
Así se hace:
Precalienta el horno a 200-220 °C, con ventilador.
Coloca las chuletas en una bandeja de horno ligeramente engrasada y forrada con papel vegetal.
Unta las chuletas con un chorrito de aceite (aunque solo sea una cucharadita, distribuido uniformemente).
Hornea durante unos 20-25 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo. Si quieres que queden más crujientes, enciende el grill durante los últimos 2-3 minutos.
Consejo: usa un poco de pan rallado tostado o panko para rebozar; queda mucho más crujiente que el pan rallado normal.
2. Cocinar en una sartén antiadherente (como una “sartén falsa”)
Este es mi método favorito cuando quiero que queden doradas sin que se llenen de aceite.
Cómo:
Calienta bien una sartén antiadherente, preferiblemente
