Una de las ventajas más notables del huevo es su poder para mantenerte lleno por más tiempo. Al desayunar con huevos, especialmente si los combinas con vegetales o una rebanada de pan integral, es probable que no sientas hambre hasta muchas horas después. Esto puede ayudarte a controlar el apetito, reducir los antojos y, en consecuencia, comer menos a lo largo del día. Por eso, muchas personas que buscan perder peso incluyen huevos como parte fundamental de sus comidas.
3. Aumenta el colesterol… pero no necesariamente de forma negativa
Aquí es donde surge la mayor polémica. Sí, los huevos contienen colesterol, especialmente en la yema. Cada uno aporta unos 185 mg, por lo que cinco huevos sumarían más de 900 mg, una cifra que supera ampliamente la ingesta recomendada para algunas personas.
Pero hay que entender algo: el colesterol de los alimentos no siempre se traduce directamente en un aumento del colesterol en la sangre. El cuerpo regula su propio colesterol, y en la mayoría de las personas, cuando se consume más, el hígado produce menos. De hecho, varios estudios han demostrado que los huevos tienden a aumentar el colesterol HDL (el “bueno”) y a mantener o apenas elevar el LDL (el “malo”).
Eso sí, si tienes antecedentes familiares de colesterol alto, problemas cardíacos o diabetes tipo 2, deberías ser más cauteloso y consultar con tu médico antes de adoptar este hábito.
4. Mejora la salud cerebral y la memoria
Gracias a la colina, un nutriente presente sobre todo en la yema, comer huevos a diario puede beneficiar la función cerebral. La colina interviene en la producción de acetilcolina, un neurotransmisor esencial para la memoria y el aprendizaje. Por eso, algunas investigaciones asocian un consumo adecuado de huevos con una mejor concentración y una menor probabilidad de deterioro cognitivo con el paso del tiempo.
5. Tu salud ocular también puede agradecerlo
El huevo es rico en luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que protegen la vista y ayudan a prevenir enfermedades oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular o las cataratas. Estos nutrientes se concentran en la yema, lo que demuestra que no todo lo bueno está en la clara.
6. Posibles riesgos si abusas o tienes ciertas condiciones
Como todo, los excesos pueden tener su precio. Comer cinco huevos al día durante un tiempo prolongado puede aumentar la carga de grasas saturadas si además tu dieta incluye otros alimentos grasos. En algunas personas, esto podría afectar el perfil lipídico o contribuir a problemas digestivos.
Por otro lado, si los huevos no se cocinan adecuadamente, aumenta el riesgo de infecciones como la salmonela. Siempre deben estar bien cocidos, especialmente las yemas, y deben conservarse en refrigeración.
7. El tipo de preparación también influye