Dicho esto, ¿qué variedades se consumen mejor crudas? Como ya se ha mencionado, la más famosa es sin duda la trufa (especialmente la blanca, que es más sensible a la cocción que la negra), al igual que los apreciados boletus: servidos con un chorrito de aceite, sal y pimienta, o como ingrediente principal de sabrosas ensaladas. Lo mismo ocurre con el boletus, especialmente utilizado en carpaccio y ensaladas, preparaciones que realzan su delicado aroma.
Si se cocina, de hecho, el boletus también tiende a perder su textura tierna. Esta lista especial de setas que se pueden comer crudas incluye también el champiñón común, el champiñón silvestre y la lengua de buey, esta última particularmente rica en vitamina C. Al parecer, la lista también incluye el endrino, el níscalo y la níscalo verde, especialmente los ejemplares jóvenes.
Es importante tener en cuenta que estas setas se consumen mejor crudas, compradas frescas en el supermercado o en la frutería, ya que se someten a los controles necesarios. También es importante limpiarlas adecuadamente, asegurándose de que estén bien limpias.