
Contrario a la creencia popular, la distancia entre los muslos no está directamente relacionada con el peso, la salud o el estilo de vida.
En realidad, es un detalle puramente anatómico, determinado principalmente por la genética.
Lo que realmente influye es la forma de la pelvis, es decir, los huesos de la cadera.
Algunas mujeres tienen una estructura ósea naturalmente más ancha, lo que crea esta pequeña distancia entre las piernas.
Otras tienen caderas más estrechas, lo que hace que sus muslos se toquen naturalmente.
Ninguna de estas formas es mejor ni peor. Simplemente son diferentes tipos de cuerpo, cada uno con su propia belleza.
Las hormonas también juegan un papel importante.
Además de la genética, los cambios hormonales a lo largo de la vida influyen en la estructura y apariencia de los muslos y las caderas.
Durante la pubertad, por ejemplo, el aumento de estrógeno provoca que la pelvis femenina se ensanche, preparando el cuerpo para un posible embarazo.
Por lo tanto, algunas mujeres notan que la distancia entre sus muslos se hace más evidente después de esta etapa.
Durante el embarazo e incluso la menopausia, las fluctuaciones hormonales pueden modificar ligeramente la forma del cuerpo, influyendo también en esta característica anatómica.
Grasa corporal y músculos: menos impacto del que imaginas
Es cierto que la distribución de grasa y músculo influye ligeramente en la distancia entre los muslos.
Algunas mujeres acumulan más grasa en las piernas y las caderas, mientras que otras tienen músculos más definidos en esa zona.