1. Dormir con la boca abierta
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Posición de lado o boca abajo favorece que la saliva fluya.
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Congestión nasal por resfriados o alergias puede agravar el fenómeno.
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Cambiar de posición al dormir puede ayudar.
2. Medicamentos y salivación
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Algunos medicamentos aumentan la producción de saliva: sedantes, antipsicóticos, antibióticos e ibuprofeno.
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Consulta con tu médico si notas aumento de salivación para ajustar dosis o considerar alternativas.