Pero cuando esos límites se ignoran con frases como «No seas tan sensible» o «Soy tu madre, puedo decir lo que quiera», lo que ellos oyen es: «Mi comodidad es más importante que la tuya».
Respetar los límites, incluso aquellos que no comprendes, es la base para reconstruir la confianza.
3. El botón de repetición del pasado
Algunos padres no pueden dejar de revivir viejas historias, viejas heridas o viejos agravios. Resurgen las mismas discusiones, se culpa a las mismas personas, se repite el mismo dolor como si fuera una reliquia familiar.
Shutterstock
Para los niños, es agotador. Salen de las visitas sintiéndose como si los hubieran arrastrado de nuevo a un drama de hace décadas que ellos nunca causaron. Con el tiempo, la distancia se convierte en su forma de escapar del clima emocional que nunca cambia.
4. La disculpa que falta
Todas las familias tienen sus cicatrices, palabras dichas con ira, decisiones tomadas sin comprender el coste. Pero la sanación no puede comenzar sin el reconocimiento.