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Económico: ingredientes accesibles y baratos.
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Nutritivo: rico en calcio y energía.
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Personalizable: ajusta azúcar y sabores a tu gusto.
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Natural: sin conservantes ni aditivos.
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Tradición familiar: compartir momentos en la cocina.
Errores comunes y cómo evitarlos
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Grumos → disolver la maicena en leche fría antes.
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Caramelo amargo → retirarlo cuando esté dorado.
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Flan blando → cocinar y refrigerar el tiempo suficiente.
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Dificultad para desmoldar → pasar un cuchillo y calentar un poco la base.
Conclusión
El flan de leche con maicena es un postre clásico, económico y versátil que nunca pasa de moda. Con ingredientes simples y un proceso fácil, puedes disfrutar de una textura cremosa y un sabor irresistible. Ya sea en su versión tradicional o con toques de chocolate, coco o café, este postre siempre triunfa en la mesa.