Preparar el pollo: Comienza cortando la pechuga de pollo en tiras de tamaño uniforme, aproximadamente del ancho de un dedo. Sécalas con papel de cocina para que el rebozado se adhiera mejor.
Preparar el huevo batido: En un bol mediano, bate los huevos hasta que estén homogéneos. Esto servirá como “pegamento” para que la harina y el rebozado crujiente se adhieran firmemente al pollo.
Preparar el rebozado: En otro bol, mezcla harina, copos de maíz triturados o pan rallado, pimentón, ajo en polvo, cebolla en polvo, sal, pimienta negra y cayena. Remueve bien hasta que todo esté bien distribuido.
Rebozar el pollo: Pasa cada tira de pollo primero por la mezcla de harina, luego por el huevo batido y finalmente otra vez por la mezcla sazonada de harina (o pan rallado para mayor crujiente). El doble rebozado asegura un máximo de crocancia.
Calentar el aceite: Vierte suficiente aceite vegetal en una sartén profunda para cubrir las tiras de pollo. Calienta el aceite a fuego medio-alto hasta alcanzar unos 175 °C (350 °F). Para comprobar si está listo, deja caer un pequeño trozo de rebozado: debe chisporrotear y flotar hacia la superficie.
Freír las tiras: Coloca suavemente las tiras de pollo rebozadas en el aceite caliente. Fríelas en tandas durante 5–6