Infusión:
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Calienta una taza de agua.
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Añade una cucharadita de hojas de romero frescas o secas.
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Deja reposar 10 minutos y cuela antes de beber.
Aceite casero:
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Llena un frasco con hojas frescas de romero.
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Cubre con aceite de oliva.
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Deja macerar en un lugar oscuro durante 3 semanas.
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Filtra y guarda en un envase limpio.