El limón posee compuestos naturales con efecto antibacteriano y antiviral, lo que lo hace eficaz para combatir microorganismos dañinos. Además, sus antioxidantes protegen las células del daño causado por los radicales libres, ayudando a retrasar el envejecimiento y a prevenir diversas enfermedades.
Mejora la digestión y combate la acidez
Aunque su sabor es ácido, el limón tiene un efecto alcalinizante en el organismo una vez metabolizado. Esto ayuda a equilibrar el pH, aliviar la acidez estomacal, reducir la hinchazón y mejorar la digestión en general.
Regula la presión, el colesterol y el azúcar
El consumo regular de limón puede contribuir a regular la presión arterial, reducir los niveles de colesterol malo y ayudar a controlar el azúcar en sangre. Esto lo convierte en un excelente complemento dentro de una alimentación saludable.