Disuelve la moringa en agua caliente, deja reposar 5 minutos y añade el jugo cítrico.
Bébela tibia en ayunas o fría a lo largo del día.
Consejo: evita el agua hirviendo, ya que puede destruir algunos antioxidantes de la moringa.
Qué podrías sentir en las primeras semanas
Durante los primeros días, podrías notar un ligero aumento en la energía y una digestión más ligera.
A partir de la segunda semana, muchos describen una sensación de claridad mental y mejor ánimo.
Después de un mes, la piel suele lucir más hidratada y el cuerpo se siente menos inflamado.
¿Y el secreto? No es magia, sino constancia.
“¿Y si tengo presión alta o diabetes?”
Buena pregunta. La moringa es conocida por su capacidad para ayudar a equilibrar los niveles de glucosa y colesterol, pero siempre debe consumirse con moderación.
Si estás bajo tratamiento médico, consulta con tu especialista antes de incorporarla.
En pequeñas cantidades, puede ser un excelente complemento, no un reemplazo de la medicación.