Un derrame cerebral ocurre cuando hay un problema con el flujo sanguíneo al cerebro, lo que provoca que las células cerebrales se dañen y finalmente mueran. Este daño altera el funcionamiento normal del cuerpo, lo que a menudo provoca debilidad en la cara o las extremidades. En algunos casos, solo un lado del cuerpo o una sola extremidad puede verse afectado.