Si alguna vez te has preguntado si la miel que tienes en casa es realmente pura, existe una prueba sencilla que puedes hacer:
Por eso, si decides aplicar esta prueba, hazlo solo con una pequeña muestra. No pongas en riesgo todo el frasco. La miel pura merece respeto: no solo por su valor nutricional, sino por el trabajo silencioso de miles de abejas que la producen. Preservarla es también una forma de honrar ese vínculo con la naturaleza, donde lo auténtico no necesita disfraz.