El tinnitus puede tener diferentes orígenes, desde factores simples hasta condiciones más serias:
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Exposición a ruidos fuertes: escuchar música alta o trabajar en ambientes ruidosos puede dañar las células auditivas.
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Acumulación de cera en el oído: la obstrucción puede generar presión e irritación auditiva.
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Problemas circulatorios: el flujo sanguíneo irregular cerca del oído puede producir sonidos pulsátiles.
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Estrés o ansiedad: el exceso de tensión aumenta la sensibilidad auditiva y la percepción del zumbido.
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Presión arterial alta o baja: los cambios en la presión pueden alterar la audición.
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Deficiencia de vitaminas del complejo B o de magnesio: afectan los nervios auditivos.
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Consumo de ciertos medicamentos: como antibióticos, diuréticos o antiinflamatorios.
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Trastornos del oído interno: como la enfermedad de Ménière o infecciones auditivas.