Si tu cuello empieza a flacidez, no lo ignores. Esta es la razón por la que sucede.

4. Tratamientos profesionales
Si las cremas y los ejercicios no son suficientes, existe una amplia gama de opciones en la consulta:
Ultherapy y Thermage utilizan ultrasonido o radiofrecuencia para estimular el colágeno y tensar la piel de forma no invasiva.
Los tratamientos con láser ayudan a mejorar la textura y promover la producción de colágeno nuevo.
Las inyecciones de bótox pueden relajar los músculos platisma para reducir las bandas del cuello.
Los liftings de cuello o de la parte inferior del rostro ofrecen resultados espectaculares y duraderos para quienes se inclinan por la cirugía.
Consulte con un dermatólogo o especialista en estética para determinar qué opción se adapta mejor a sus objetivos y presupuesto.
El papel de la dieta y los hábitos diarios
1. Aliméntate bien con tu piel
Una dieta rica en ácidos grasos omega-3, antioxidantes y proteínas magras ayuda a nutrir la piel desde dentro. Alimentos como las bayas, las verduras de hoja verde, los frutos secos, los aguacates y el pescado favorecen la síntesis de colágeno y combaten la inflamación.

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