Consejo: Presta atención a las señales de advertencia sutiles: un movimiento de cola más rápido, orejas que se mueven nerviosamente, músculos tensos. Estas son señales de que es hora de dejar de acariciar a tu gato.
2. Jugando con el instinto depredador
Un gato puede percibir la mano de su dueño como un blanco móvil, una presa a cazar. Si juegas con tu gato usando las manos en lugar de juguetes, le estás enseñando que está bien morder.
Consejo: Usa juguetes de cuerda, cañas de pescar o peluches, no tus manos. Deja que tu gato satisfaga sus instintos de caza de forma controlada.
3. Trastornos del estado de ánimo o dolorUn comportamiento agresivo repentino en un gato que antes era tranquilo puede indicar dolor o enfermedad. Morder puede ser una forma de defensa si algo le causa molestias físicas, como dolor de muelas, dolor articular o una infección.
Consejo: Si tu gato de repente empieza a morder sin motivo aparente o evita el contacto físico, consulta con un veterinario.