4. Miedo y estrés
Los gatos pueden ser muy sensibles a los cambios: un nuevo miembro en la familia, una mudanza, un olor diferente en ti. En una situación de estrés, un gato puede reaccionar mordiendo en defensa propia.
Consejo: Proporciónale a tu gato un espacio seguro y no fuerces el contacto. Dale tiempo y observa sus señales.
5. ¿Una señal de dominancia? Probablemente no.
Contrario a la creencia popular, los gatos no muerden para “dominar” a sus dueños. El comportamiento felino no se basa en una jerarquía como el de los perros. Morder es una forma de comunicación, no una señal de control.
¿Cómo reaccionar si tu gato te muerde?
No grites ni castigues físicamente; esto solo aumentará el miedo o la agresividad.
Ignora a tu gato e interrumpe la interacción; hazle saber que morder es el final del juego.
Proporciónale la estimulación adecuada: tu gato necesita ejercicio, juguetes y retos.
Resumen
Una mordedura de gato no necesariamente significa odio; a menudo es una expresión de emoción, estrés o necesidades insatisfechas. Comprender el lenguaje felino y respetar sus límites es clave para una relación armoniosa. Un gato no dice “te quiero” directamente; lo dice ronroneando, frotándose contra ti… y a veces incluso con un mordisquito. 😉