Una alternativa económica y accesible consiste en mezclar sal gruesa y ajo triturado en partes iguales. Espolvoreado en entradas, jardines o patios, se cree que crea una barrera que las serpientes evitan.
Nota importante: si una serpiente ya ingresó a la casa y se encuentra escondida en un mueble o espacio cerrado, lo más seguro es no manipularla. Lo recomendable es salir del lugar y contactar a profesionales. En casos menos riesgosos, un chorro de agua con la manguera puede bastar para ahuyentarla.
3. Polvo de realgar: tradición peligrosa
El realgar (sulfuro de arsénico) fue usado antiguamente como repelente de serpientes por su olor fuerte y tóxico. Sin embargo, este polvo naranja-amarillento es peligroso también para las personas y las mascotas.
Precaución: su uso no se recomienda, ya que puede contaminar alimentos y agua. El contacto directo con la piel es riesgoso, por lo que hoy en día se desaconseja totalmente.