- Textura esponjosa: Para asegurarte de que la masa quede lo más suave posible, no te saltes el tiempo de reposo y fermentación. Esto le permitirá a la masa desarrollarse y quedar muy esponjosa.
- Conservación: Si te sobra pan, guárdalo en una bolsa hermética a temperatura ambiente y se mantendrá fresco durante un par de días. También puedes congelarlo y luego calentarlo unos minutos en el horno.
Este pan turco casero es ideal para acompañar tus comidas o disfrutar con un buen té o café. ¡Anímate a probarlo y a compartirlo con los tuyos!