1. Cortar y sellar el solomillo
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Corta el solomillo en medallones de 1 a 1,5 cm de grosor.
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Salpimienta bien por ambos lados.
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En una sartén muy caliente con un chorrito de aceite, sella las piezas unos segundos por cada lado.
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El objetivo es dorarlas por fuera, manteniendo el interior jugoso y poco hecho.
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Hazlo en tandas para evitar que la sartén pierda temperatura. Reserva.
2. Preparar la salsa al whisky
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En la misma sartén, añade el aceite de oliva virgen extra.
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Agrega los dientes de ajo enteros, con piel y ligeramente machacados. Sofríe hasta que estén dorados, sin quemarlos.
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Mientras tanto, mezcla en un vaso el zumo de medio limón, la pastilla de caldo desmenuzada y los 200 ml de whisky.
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Para ayudar a disolver el caldo, puedes calentar ligeramente la mezcla en el microondas.
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Incorpora la mezcla a la sartén y deja cocinar unos minutos hasta que el alcohol se evapore.