Nada calienta más el alma que una sopa de cebolla gratinada casera. Este plato clásico combina el dulzor profundo de las cebollas caramelizadas con la riqueza del caldo y el gratinado de pan y queso. Ideal para noches frescas, cenas ligeras o como entrante elegante, esta receta es sencilla pero llena de sabor.
Ingredientes (4 porciones)
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4 cebollas grandes, cortadas en juliana
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3 cucharadas de mantequilla
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1 cucharada de aceite de oliva
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1 litro de caldo de res o de pollo
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1/2 taza de vino blanco (opcional)
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1 cucharadita de azúcar (opcional, para acelerar el caramelizado)
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Sal y pimienta al gusto
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4-6 rebanadas de pan baguette o pan tostado
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150 g de queso gruyère o manchego rallado