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Pan crujiente: Tuesta ligeramente el pan antes de colocarlo en la sopa para una textura más firme.
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Queso alternativo: Puedes usar emmental, cheddar suave o incluso mozzarella para un gratinado diferente.
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Versión ligera: Sustituye la mantequilla por solo aceite de oliva y reduce la cantidad de queso.
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Hierbas aromáticas: Añadir tomillo fresco o laurel al caldo intensifica el sabor.
Presentación
Sirve la sopa directamente en cazuelas individuales para un efecto elegante. Acompaña con una copa de vino blanco seco o una ensalada fresca para una comida completa.
Con esta receta, cada cucharada te ofrecerá un equilibrio perfecto entre dulzura, salinidad y gratinado crujiente, haciendo de la sopa de cebolla un verdadero placer para el paladar.