1. Triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida.
2. Cubrir el fondo de un molde desmontable con la mezcla y refrigerar.
3. Calentar 750 ml de leche con la nata y el azúcar.
4. Disolver el cuajo en 250 ml de leche fría.
5. Añadir la mezcla disuelta a la leche caliente, junto con la vainilla.
6. Llevar a ebullición, removiendo constantemente.
7. Verter la mezcla sobre la base y dejar enfriar ligeramente.
8. Refrigerar durante al menos 4 horas o toda la noche.
9. Desmolda y decora con caramelo, miel o mermelada.
Notas:
Para un acabado brillante, coloca el caramelo en el fondo del molde antes de añadir la mezcla base.
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