Precalienta el horno a 180 °C.
En un bol, mezcla la harina con la sal y el azúcar.
Agrega la mantequilla fría en cubos y mezcla con las manos o un cortapastas hasta obtener una textura de migas.
Incorpora el huevo y mezcla hasta formar una masa uniforme. Si es necesario, añade un poco de agua fría.
Forma una bola, envuélvela en film y refrigera durante 30 minutos.
Estira la masa sobre una superficie enharinada y colócala en un molde enmantecado.
Pincha la base con un tenedor y hornea de 15 a 20 minutos, hasta que esté dorada.
Retira del horno y deja enfriar.
2. Crema pastelera:
Bate las yemas con el azúcar hasta obtener una mezcla pálida.
Añade la maicena y mezcla bien.
Calienta la leche con la esencia de vainilla hasta que comience a hervir.
Vierte un poco de leche caliente sobre la mezcla de yemas para temperar, luego incorpórala nuevamente a la cacerola.
Cocina a fuego medio, revolviendo constantemente, hasta que espese.
Retira del fuego, cubre con film plástico tocando la superficie para evitar costra y deja enfriar por completo.
3. Montaje de la tarta:
Lava y corta las frutillas en mitades o láminas.
En un bol, mezcla las frutillas con el azúcar y el jugo de limón, y deja macerar unos minutos.
Rellena la base de la tarta con la crema pastelera fría.
Distribuye las frutillas de forma decorativa sobre la crema.
Si deseas, pincela con mermelada de frutillas caliente para dar brillo.
Refrigera al menos 1 hora antes de servir.
