En un bol grande y hondo, bate un huevo y 50 gramos de azúcar granulado. A continuación, añade 50 ml de aceite vegetal y un sobre de vainilla y sigue mezclando. A continuación, añade 180 gramos de harina y 8 gramos de levadura química. Mezcla todo a mano. Una vez que la masa esté suave y homogénea, reserva un momento.
Ahora, en una cacerola pequeña, vierte 400 mililitros de leche, dos cucharadas de azúcar y dos de maicena. Remueve con un batidor de varillas, añade un huevo y 8 gramos de azúcar vainillado. Mezcla de nuevo y pon a fuego medio. Apaga el fuego cuando la crema espese.
Ahora, divide la masa en dos partes sobre una tabla de repostería. Extiende una de las dos partes con un rodillo hasta que quede fina y colócala en un molde para tarta de 22 cm.
Retira el exceso de masa y, una vez hecho esto, tendrás la base de tu tarta. La pinchamos con un tenedor y vertemos encima la crema que preparamos hace unos minutos.
Decoramos con un puñado de almendras picadas y estiramos la mitad de la masa que reservamos con un rodillo. De la masa resultante, cortamos un círculo que podemos recortar con cortadores más pequeños para crear un elegante patrón geométrico (ver el vídeo).
Ahora enrollamos este círculo de masa perforado alrededor del rodillo y lo transferimos al pastel que hemos estado creando. El siguiente paso es hornear a 180 °C (350 °F) durante 20-30 minutos.
El toque final es espolvorear con azúcar glas.
