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Prepara el molde:
Coloca papel de horno en la base y engrasa las paredes con un poco de mantequilla. -
Mezcla los ingredientes:
En un bol, bate los huevos. Agrega el queso crema y la leche condensada.
Mezcla bien hasta obtener una crema homogénea y sin grumos.
Vierte la mezcla en el molde preparado. -
Hornea:
Precalienta el horno a 190 °C (374 °F) y hornea durante 50 minutos.
Si notas que se dora demasiado, cúbrela con papel de aluminio o una bandeja. -
Enfriar y servir:
Deja reposar fuera del horno hasta que baje la temperatura.
Luego guarda la tarta en la nevera durante al menos 2 horas.
Sírvela bien fría y disfruta de su textura cremosa y sabor irresistible.
💡 Consejos:
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Puedes añadir una capa de mermelada de frutos rojos o caramelo líquido encima al servir.
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Usa un queso crema de buena calidad para un sabor más suave.
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Se conserva en la nevera hasta 3 días.