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Coloca el molde en un baño María y hornea a 160°C hasta que el centro esté apenas firme.
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Apaga el horno y deja enfriar el cheesecake dentro con la puerta entreabierta.
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Una vez a temperatura ambiente, refrigera durante varias horas o toda la noche para mejores resultados.
Conclusión
Este cheesecake de chocolate blanco con frambuesas es perfecto para cualquier ocasión. Su textura cremosa y los remolinos de frambuesa lo hacen delicioso y visualmente atractivo. Ideal para sorprender a invitados o disfrutar en casa.