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Calienta el agua: Lleva el agua a ebullición en un cazo o hervidor.
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Añade las hojas de laurel: Una vez que el agua hierva, apaga el fuego y añade las hojas de laurel secas.
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Tapa y deja reposar: Tapa el recipiente para que los compuestos volátiles no se escapen. Deja que la infusión repose entre 5 y 10 minutos. Cuanto más tiempo repose, más fuerte y concentrado será el sabor y sus propiedades.
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Cuela la infusión: Retira las hojas de laurel usando un colador fino.
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Endulza y sirve: Añade miel, limón o el endulzante de tu preferencia si lo deseas.
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Disfruta: Se puede beber caliente o frío.
Dosis recomendada: Generalmente, se recomienda no exceder de 2 a 3 tazas al día.
Precauciones y Contraindicaciones
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Embarazo y lactancia: No se recomienda su consumo sin consultar antes con un médico.
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Interacción con medicamentos: Puede interactuar con sedantes y medicamentos para la diabetes, potenciando sus efectos. Si toma medicación regularmente, consulte a su doctor.
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Alergias: Aunque es raro, algunas personas pueden ser alérgicas.
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Consumo excesivo: En grandes cantidades, puede tener un efecto narcótico suave o causar malestar estomacal.
En resumen, el té de laurel es una bebida aromática y con múltiples beneficios potenciales para la salud, especialmente para la digestión, la relajación y como antiinflamatorio. Su preparación es simple y puede ser una excelente adición a una rutina de bienestar, siempre que se consuma con moderación y precaución.