Para aprovechar al máximo sus beneficios, es importante prepararlo correctamente:
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Lava bien un puñado de perejil fresco (aproximadamente 1/4 de taza) para eliminar impurezas.
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Pica ligeramente las hojas y los tallos para liberar sus aceites esenciales.
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Colócalos en una taza y vierte agua muy caliente, pero no hirviendo (aprox. 90°C), sobre ellos para preservar los compuestos sensibles al calor.
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Cubre la taza y deja reposar de 5 a 10 minutos. Un reposo más largo puede generar un sabor demasiado amargo.
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Cuela la infusión y, si lo deseas, endulza con un poco de miel cruda o añade una rodaja de limón para potenciar el sabor y aumentar la vitamina C. 🍋
Dosis recomendada: comienza con una taza al día para observar cómo reacciona tu cuerpo. La moderación es clave.
Precauciones y observaciones importantes
Aunque es natural, el té de perejil tiene algunas consideraciones:
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Su potente efecto diurético requiere mantenerse bien hidratado bebiendo suficiente agua.
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No se recomienda el consumo en grandes cantidades durante el embarazo, ya que puede estimular el flujo sanguíneo hacia el útero.
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Personas con enfermedad renal crónica, que toman anticoagulantes (debido a su alto contenido en vitamina K) o diuréticos deben consultar siempre a un profesional de la salud antes de consumirlo regularmente.
El secreto está en escuchar a tu cuerpo y usarlo como un complemento, no como sustituto del cuidado médico.